El estudio de arquitectura A-cero presenta uno de sus últimos trabajos sobre una gran casa unifamiliar. Se ubica en las afueras de Madrid en una parcela de 5.000 m2. Se trata de un edificio de una planta y tiene una superficie construida de 1.600 m2.
La primera sensación que esta casa produce cuando la gente entra en la trama es que el edificio parece estar escondido entre las paredes de concreto y rampas vegetales que se extienden hasta el techo. Estos se tiñen de color gris oscuro y contienen, entre ellos, las áreas de vegetación que parecen trepar hacia el cielo. La fachada muestra una vista orgánica espectacular de toda la casa y para la que incluso el duro hormigón muestra su más amable rostro.
El frente de atrás de la casa está totalmente abierto hacia el jardín. Ahí se ubican la sala de estar, comedor, biblioteca, estudio y dormitorios. En esta fachada hay amplios ventanales. El gran ventanal del salón principal se oculta automáticamente con el fin de hacer de esta estancia una completamente abierta a las áreas exteriores.
La fachada y el techo tienen los principales roles ecológicos porque están cubiertos con vegetación. Por otra parte en los techos se ha implementado un sistema de energía renovable hecho de amplias superficies con colectores solares tubulares que permiten la autonomía energética de la casa.
